sábado, junio 26, 2010

Haiku con múltiples finales o crea tu propio remate (sólo necesitas siete sílabas)

#1
Entre las nubes,
la luna se asoma.
Mudos testigos.

#2
Entre las nubes,
la luna se asoma.
Te iluminas.

#3
Entre las nubes,
la luna se asoma.
Tu la opacas.

#4
Entre las nubes,
la luna se asoma.
Somos felices.

#5
Entre las nubes,
la luna se asoma.
Sólo tu y yo.

#6
Entre las nubes,
la luna se asoma.
.............................

viernes, abril 27, 2007

Sólo somos un sueño dentro de un sueño

sábado, agosto 06, 2005

Tarde de agosto en Puerto Madero

Con un poco de sol, el invierno en la ciudad es otra cosa.

Puerto Madero

Puerto Madero

martes, agosto 02, 2005

Habitantes de las Cataratas del Iguazú









sábado, julio 30, 2005

Anticipación de la primavera

Iris
Hoy salió el primer iris (o lirio)... aunque se adelantó un poco.




Kodak DX4530
Obturador: 1/90 seg.
Apertura: f 2,80
Distancia focal: 38,00 mm
Velocidad ISO: 120

viernes, julio 29, 2005

Ser el arquero

Ser el arquero, el arco, la flecha y el blanco... Ser el arquero ya tiene sus complicaciones; de los múltiples yo que soy, uno siente, o cree sentir, el deseo de ser el arquero y el blanco. Los otros ¿también estarán de acuerdo? Esa posibilidad que tiene el humano de pensarse como muchos, incluso contrapuestos, que compiten por el dominio de ser; de pensarse más que de realizarse. De imaginar ser más que de proponerse realmente ser.

Ahora el yo arquero quiere prevalecer, se encierra en él y se piensa. Se piensa que se piensa, hasta que se pierde en su discurrir, y ya no puede pensar, ni sentir, ni existir. Ni ánimo ni energía, un cierto desprendimiento, un desapego a todo y a todos, cercanos y remotos. Desinterés y fastidio. ¿Reacción ante qué perdida? No logra prescindir de la conciencia, de la intensión; entonces ya no es arquero y se destruye sin saber realmente quién es.

Forma sin forma.
Conciencia mas sin ciencia.
Simultáneo.

domingo, julio 24, 2005


Multiplicidad Posted by Picasa

sábado, julio 23, 2005

De un aliento

La angustiosa sensación del paso del tiempo. La estrechez de los segundos veloces que pasan, fugaces, para no volver nunca más a pasar, yéndose vaya a saber dónde. La opresión sin aparente causa; ansiedad por hacer, por sentir, por no dejarlo pasar en vano, para justificarlo. Las náuseas cuando nada transcurre, sólo la mudanza de las cosas que mudan. Lo insoportable de sentirlo como una agonía que, aún sin forma ni medida, más lento o más rápido, irreversible, permanente e invariable como su esencia misma, pasa y se lleva la vida.
Viento frío invernal que te llevas el aliento de los que respiran, de un respiro.

miércoles, julio 20, 2005

Unbestimmtheit

Siento cierta desorientación espacial, tal vez producto de los constantes cambios de locaciones. UnbestimmtheitCuanto más intento precisar el lugar, menos claro tengo hacia a donde voy.
¿Será el principio de Heisenberg aplicado a mi persona? De ser así, existe un límite que no voy a poder traspasar o al menos eso diría Planck. Y de allí la duda, la perplejidad, la falta de certidumbre que experimento, la ausencia de resoluciones. Pero no puedo perderme en el futuro o en el pasado, sólo vivo un instante. Este instante.

miércoles, julio 13, 2005

El carnaval de disfraces

En estos días en San Luis, camino unas diez cuadras desde el hotel donde paro al lugar donde trabajo . Hoy, por la calle San Martín, a la altura del 600, presencié un carnaval inesperado, fuera de fecha, aunque no se si tan fuera de lugar.
En parejas, no muy ordenadas, como mini comparsas, pasaban como desfilando los azules de la policía provincial, los azul con naranja de la policía que ordena el tránsito, los verdes de la seguridad comunitaria, los camuflados con boina del ejército, los campera azul con equipos de cobranza al cuello del servicio de tarifado de parquímetros, los chalequitos multicolor de los planes trabajar limpiando las plazas y las calles, y hasta un par de bordós, cuya actividad no era muy clara, con la leyenda Municipalidad de San Luis.
Todo eso en sólo una cuadra, pero el panorama se repite con leves variaciones en toda la zona céntrica de la ciudad.
¡Lindo corso puntano!

martes, julio 12, 2005

San Luis (DC)

Todas las mañanas, en San Luis capital, un grupo silencioso y paciente se dedica a limpiar las plazas Pringles e Independencia. Hasta allí nada especial, sólo que también manguerean las veredas utilizando grandes cantidades de agua. ¿Qué pensarán los vecinos de San Antonio, San Vicente, San Pedro y otras localidades aledañas? Están a lo sumo a 100 km de la capital pero allí el agua es una cuestión seria. Un vaso de agua de más podría provocar una mirada furibunda...y no es para menos: a veces se quedan sin tomar nada por un par de días.
¿No será hora de cambiar prioridades?

lunes, julio 11, 2005

Sierra de las Quijadas, San Luis

Muchas veces necesitamos cambiar de entorno para recordar qué cosas son realmente importantes. Cosas que a diario no les prestamos atención, por considerarlas obvias, commodities.
Potrero de la AguadaEn el Parque Nacional Sierra de las Quijadas y en las poblaciones aledañas el agua es un bien escaso y muy valioso; no hay arroyos, ni bañados ni lagunas salvo las aguadas, que son pozones donde generalmente se acumula el agua de las lluvias, pero como la tierra tiene mucho salitre no es apta para consumo. Las lluvias no son frecuentes y cuando ocurren es necesario acopiar la mayor cantidad posible, tanto para los animales como para las familias que habitan la zona. Otra posibilidad es esperar que llegue el camión cisterna de la provincia, que aún es menos frecuente que las lluvias. O comprarla...

A veintidós kilómetros del parque, camino a San Luis capital, se encuentra el poblado de San Antonio, tan poco ameno como el entorno, salvo por la gente de allí habita. Entre ello tiene su casa, similar a las otras excepto por un detalle, el Margarito. En medio de tanta aridez, La flor del Margaritode tanta desolación y abandono, tiene plantada una rosa roja, bien regada y cuidada. Cuando le pregunté por ella, me contestó con una amplia sonrisa en el rostro: porque es hermosa.

Miré a mi alrededor, miré esa páramo de tierra yerma, rasa, desabrida y creí comprender a esa alma.

domingo, julio 10, 2005

Añoranza de lo que nunca fue

Si hoy no prefiero los jardines a los sótanos no es porque mi gusto halla cambiado. Sólo en los sueños las cosas que deseamos son perfectas. La realidad se encarga de que apenas sean pálidos reflejos borrosos de lo que concebimos en esa fantasía, en esos deseos o esperanzas, que llamamos sueños. Entonces, soñar para qué.

Ya no tolero demasiado nada. Llevo como una carga cada instante del día, cada actividad que hago, cada persona con la que trato, cada una de las cosas que acontecen a mi alrededor. Incluso las que no suceden, por ausentes, hacen que el momento sea insoportable.

Siento el paso
del incesante tiempo
con dolor sordo.

viernes, julio 08, 2005

Mutatis mutandis

Mutatis mutandisHace algún tiempo que no soy yo. Repito los gestos, acostumbro los mismos lugares, incluso sigo las mismas rutinas, pero aún así no me siento yo. Mutamos constantemente; más o menos perceptible puede ser el cambio. Nunca salimos de nuestro yo y sin embargo podríamos no reconocernos.

jueves, julio 07, 2005

Leanan Sidhe

Hada vibrante,
oh bella criatura,
drenas mi alma,
inspiras mi no vida.
Lánguidamente, muero.

miércoles, julio 06, 2005

Traducciones

Que un hecho nos produzca hoy alegría no significa que mañana, él mismo, no nos llene de congoja. La felicidad no deja de ser un estado del ánimo que depende de nuestra mente que, consciente o inconscientemente, manipula nuestras emociones. La impresión que nos producen los sentidos, los recuerdos, las ideas, se convierten en gestos de nuestra emoción. Traducciones.
Sufrir, resistir, aguantar, tolerar, soportar, permitir o consentir, lo mismo da, pareciera que siempre se siente físicamente. El placer, por el contrario, tiene una apariencia más espiritual. Aunque tal vez sólo dependa de la intensidad del mismo.
Estas cambiado, como distinto, me dijeron hoy. ¿Traducción de tu presencia?

lunes, julio 04, 2005

Briznas rojas

Briznas de rojo
modelan el cielo hoy.
Yo te vi nube.

sábado, julio 02, 2005

Ser o no ser

A raíz del episodio de ayer mientras corría hoy volví a pensar en la muerte. Muchas veces sentí una angustia honda, visceral, un cansancio muy profundo que aún durmiendo no cede. Y un ansia por deshacerme de esa sensación, como un partir dejando todo atrás, liberando la esencia. Hay una puerta por la que, al atravesarla desde el aquí y el ahora, se ingresa al no ser. Entonces, vivir es salir por esa puerta al ser. El yo que somos, el yo individual, es quizás la causa de la aflicción, de ese temor opresivo sin causa. ¿La renuncia al yo producirá alivio?
La puerta tiene un cartel de cada lado; en uno se lee Vida, en el otro, Muerte.

viernes, julio 01, 2005

El misterio de la puerta

Después de mucho tiempo decidí volver a correr, aunque para empezar basta con caminar a cierto ritmo. La plaza Arenales queda cerca y siempre hay gente entrenando, detalle no menor al momento de retomar algo que básicamente no me gusta demasiado. Me propuse un objetivo modesto: serían doce vueltas en una hora, promedio de una vuelta cada cinco minutos. A último momento me acordé de llevar una pequeña radio.

Una vez en la plaza, sintonicé una radio de música clásica para que me haga compañía y empecé la marcha. Transitaba la vuelta novena por el lado de la calle Mercedes mientras en los auriculares sonaba la sinfonía noventa y siete de Haydn cuando escucho lo que me pareció un rompe portones. Llego a la esquina y el policía que estaba allí, en el momento que paso a su lado, desenfunda el arma y dispara una, dos veces contra un auto que aceleraba, un Renault 11, gris, con vidrios polarizados, justo frente a confitería que está en la esquina de Nueva York. Había gente en la vereda, hacia donde se dirigieron los disparos, que miraba toda la acción petrificados, como si las balas no fuesen reales.

Durante esos instantes continúe corriendo aunque había perdido el ritmo. Por unos momentos pensé que desde el auto podrían haber disparado también y yo hubiese quedado en la línea de fuego. Podría haber recibido un balazo, podría haber muerto. Pensar en mi muerte me produjo una profunda tristeza por las cosas que hubiera dejado incompletas, por las cosas que no me atreví a decir o hacer, por no haber podido despedirme de cada una de las personas que quiero, por no haber podido acompañarlas por más tiempo. Sin saber quien soy, sólo el alivio del no ser. El mayor misterio es la puerta por donde se pasa del ser al no ser. Y viceversa.

miércoles, junio 29, 2005

San Martín de los Andes - Bariloche

Por la ventana del micro veo los campos amarillentos cubiertos por una fina capa de nieve algo sucia. Un arroyo serpentino cruza la ruta y se pierde entre las montañas que van creciendo en altura y en cantidad de nieve a medida que la distancia aumenta.

Por la ventanilla opuesta aparece un valle con una arboleda y un establecimiento rural y más allá más montañas nevadas, que se ven majestuosas e imponentes gracias a la dimensión humana que le da la estancia.

Vuelvo la vista y el paisaje no puede ser mejor; una excelente foto. Recuerdo que tengo la cámara en el bolsillo de la campera y me apresuro a buscarla. Con el micro moviéndose hacia un lado y hacia el otro y yo tratando de acomodarme, la campera está trabada en algún lugar. Paso la birome a la boca, mordiendo para que no se caiga. Un gaucho con el facón entre los dientes, pienso, suponiendo que los gauchos aún usen facón y se los pongan entre los dientes. Con las dos manos trato de destrabar la campera, pero no puedo. Murmuro una puteada, lo que de alguna forma, libera la prenda. La señora que ocupa el asiento de delante mío se mueve incómoda, como si algo hubiese escuchado. Abro el cierre del bolsillo y saco la cámara cuando me doy cuenta que se escapó el paisaje que quería fotografiar.

¡Mierda!, un poco más claro y fuerte. Ahora se que escuchó porque parece querer saber a qué o quién puteo. Quiere una puteada personalizada y no una genérica; si me apura un poco más hasta se la puedo autografiar. Casi le doy el placer pero por el rabillo del ojo el paisaje es aún más imponente que el anterior. ¿La puteo o saco fotos? El ojo puede más que la palabra y enciendo la cámara, que como todas las digitales, se toma su tiempo. Entre el movimiento, los vidrios algo empañados y esta cámara lenta para encender no voy a lograr gran cosa.

La doña no se rinde. Inesperadamente, tira para atrás el respaldo de la butaca y me destroza las rodillas (noto que al hacerlo estiró un poco la cabeza hacia atrás). Quiere inspirarme pero no le voy a dar el gusto. Quedate con las ganas.

Me acomodo en el asiento lo mejor que puedo convencido que las fotos no van a captar lo que siento en este momento. Vuelvo a la birome, en la que ahora hay una incisión que antes no estaba. La verdad es que tengo algo de bronca y apreté un poco de más las mandíbulas. El micro va disminuyendo la marcha hasta detenerse. El chofer anuncia que llegamos a Confluencia. Parada de cinco minutos.

¿Cómo poder expresar exactamente lo que se siente en un momento determinado? Quisiera poder captar un instante, pero ni con la escritura ni con la fotografía parece que puedo hacerlo en forma completa, no sólo por mis propias imposibilidades sino también por la falta de contexto: los sonidos, los olores, los otros pasajeros, lo que dicen, lo que miran, la sensación física de incomodidad provocada por el asiento, lo que siento cuando estoy en un lugar que ya conozco, los recuerdos que se disparan por ello; a un nivel más profundo, la compleja combinación de todo sumado, aun aquellas cosas que suceden y que no identifico pero que forman parte del momento.

Las fotografías podrían complementar la escritura mas que ilustrarla mientras que ésta podría captar el ambiente; ambos, el externo y el interno. Cuando vuelva de este viaje debería sumarme a algún taller de escritura. Y a uno de fotografía también. Aprender las técnicas ayudaría mucho. Sin embargo, a pesar de que muchas veces me lo propuse, nunca empecé ningún curso. Excusas que finalmente se resumen en la falta de tiempo o dinero; más un prejuicio: el aprendizaje de las técnicas de alguna manera afecta la experiencia. O también, al no conocer las técnicas, el resultado es torpe y algo reiterativo, pero la forma de contar la experiencia se asemeja más a la realidad que uno cree percibir. Se siente en un momento determinado como una presión que lentamente va creciendo, una necesidad , una urgencia que no puede esperar al aprendizaje.

DonEl micro se detiene en el medio de la nada. Parece que alguien esta subiendo lentamente. Finalmente aparece caminando por el pasillo concierta dificultad, no solo por la edad supongo. El rostro revela penurias. No obtuve mi paisaje, pero creo poder captar al personaje.

lunes, junio 27, 2005

Después de la tormenta

Lago Lacr
Lago Lacar, San Martín de los Andes

domingo, junio 26, 2005

Neuquén - San Martín de los Andes

Ululante y
desolada estepa.
Vi tu ausencia.
(Ruta Provincial 22, Neuquén)


Amarillos y
ocres pueblan la villa.
El río da vida.
(Río Picón Leufú)

Nubes de polvo
en la vasta estepa
llenan el vacío.
Ruta 237
El cielo cae
bajo la lluvia plomo.
El lugar vive.

Goma quemada.
Sin señal y aislados.
Sólo la lluvia.
(18:10)

Todo hastío.
El tiempo se dilata.
Lluvia perpetua.
(22:00)

sábado, junio 25, 2005

Intento llegar


Intento llegar          
en vano a tu rostro.
Cuerpo sin alma.    

viernes, junio 24, 2005

Versipellis

Algunas veces tras una aparente tranquilidad se esconde una turbulencia que bajo constante presión se transforma en violencia. Ciega violencia que comienza como una inquietud, como una perturbación que se abre paso a través de los poros, como un fastidio que va mudando las formas hasta que los rasgos son indistinguibles de los de la fiera, hasta que se es parte de la naturaleza misma de la fiera.

Y se aporrea en la jaula.

Y se escapa.

Y es un fugitivo, un desposeído, un desarraigado.

Mas no está vencido.

Suaves...

Suaves, tus manos
en mis hombros están.
¡Qué bella vida!

jueves, junio 23, 2005

Camminus

Camminus
Supongamos por un momento que no todos los caminos nos llevan a Roma. Supongamos que ya hemos recorrido parte de una vía que no sabemos si exactamente nos lleva a allí. Tampoco sabemos si hemos recorrido, digamos la mitad, un tercio o sólo la décima parte de ese camino que, de alguna manera, ya nos es familiar. Aún sin saber cuánto es lo ya transitado, si tuviéramos la impresión de que es el camino equivocado ¿lo cambiaríamos? ¿Lo haríamos ahora, que tenemos la sospecha o andaríamos un poco más buscando una bifurcación señalizada? ¿Y si no hay más señales que el propio parecer?

También podríamos llegar a un punto en el cual se nos presentan varias sendas posibles, incluso bien marcadas y hasta con todas las indicaciones en perfecto estado; más aún, podrían decir claramente cuánto nos falta para llegar a Roma. Entonces inesperadamente preguntarnos ¿Roma? ¿Por qué a Roma?, dándonos cuenta de que todo este tiempo equivocamos el nombre de nuestro destino, llamando a una cosa por otra. ¿Desandar? ¿Seguir? ¿Tranzar un destino intermedio? ¿Procurarnos un mapa? ¿A qué precio?

¿Tendríamos el valor para hacerlo?


Un blog puede ser una manera de actuar sin actuar, una botella flotando en el ciberespacio.

miércoles, junio 22, 2005

Confusiones de diario

I

¡El burrito de San Vicente lleva la carga y no la siente! Eso creen ustedes, piensa el burrito, apretando con odio las mandíbulas, tragando sangre, sudando rabia por todos los poros, rebuznando venganza. Griten y sigan cargando nomás, piensa, que en la próxima curva la carga, San Vicente y todos ustedes van a morder el polvo.

II

Dicen que todo comenzó a andar mal entre Adán y Eva el día que ésta le dio la manzana. Y no es para menos. Adán, todo un poeta, le habría susurrado al oído: Entregame la fruta mamita.

III

Cuando mamá osa canta el arrorró, el osito pardo hace nonó. No, no, no pude desentonar tanto la vieja, piensa indignado el osito mientras mueve la cabeza hacia un lado y el otro. Así nunca me voy a dormir.

IV

“El senador se los devoró”, exclamó satisfecho el colaborador de turno. “Era obvio”, digo yo, “Por el cargo. ¿No?” “Animal”, me grita indignado, “Es con ese”. “Ah...”, me quedo dubitativo. “De S no me lo hubiese esperado”

V

Manuel Tienda León, leo en el cartel de acceso al negocio, cuando a mis espaldas una voz que me es familiar dice “¡Manuel! Tienda León”. Me doy vuelta y lo voy a saludar cuando su acompañante me grita ¿Manuel Tienda? ¡León! Pero no llego a hacerlo. Desde el interior del local un grupo de policías armados hasta los dientes nos gritan: ¡Manuel, Tienda, León! ¡Quedan ustedes detenidos!



LYY Posted by Hello

martes, junio 21, 2005

OXIRO

El viernes pasado estuve en la fundación de Oxiro [http://www.oxiro.zona3.com/], una nueva galería de arte. Para la inauguración convocaron a seis fotógrafos; particularmente me gustaron los trabajos presentados por dos de ellos, Claudio Lucino y Salvador Dufaur.

Las obras presentadas por Dufaur tenían un tratamiento que las hacía más cercanas al campo de la plástica (luego me enteré que fundamentalmente es un artista plástico). Esto, sumado a mi preferencia por los paisajes, claramente provocaría que me identificara con ellas, al punto que algún amigo presente me lo anticipó. Sin embargo fue una de las fotografías presentadas por Lucino la que logró impactarme más.

Toda la serie tenía un carácter íntimo que la diferenciaba del resto. Vemos una mano, o un pie, o una boca, unas piernas, extremos en todos los casos. Creo que la boca también puede ser considerada un extremo: es una de las aberturas del tubo digestivo; en las herramientas de percusión, es la cara con la que se golpea; es la boca del subterráneo, de un cañón, de un río, de riego; es también el órgano de la palabra. Y el de la falta de la misma. Y es la boca que susurra, la que canta, la que consuela, la que besa, la que ama. Estas fotos, particularmente la de la boca, dice eso y mucho más, aunque tiene mucho más de ausencias. Penetran tan profundamente en lo particular que de alguna forma al ver el objeto, la memoria nos trae esas fotos. La acompañan estas oportunas palabras de Lucino:

Tu tiempo, ya no es mi tiempo, porque tus horas, ya no son mis horas.Tu risa y la mía, ya no son una sola, aunque tu tristeza, aún sigue siendo mía.Tu mano, ya no se toca, a cada instante, con mi mano,porque el espacio que hay entre las dos, es más grande que la distancia, que nos separa...

lunes, junio 20, 2005

La invasión había comenzado

Me dijo mi amiga L que un amigo suyo lo llamaba la invasión. Nunca mejor utilizado el término, pensé. Invadir es entrar por la fuerza en un lugar y podría decirse que me sentí invadido.
No se claramente cuándo ni cómo pasó. Las barricadas estaban levantadas e intactas e inclusive había cavado varios fosos alrededor. Desde la torres más alta claramente podía divisar todo el terreno. No era la primera vez que se se percibía la amenaza; ni siquiera parecía de temer. Tal vez por ello, atento a peligros mayores, por los resquicios comenzó a filtrarse. Al principio sólo se trató de una sensación de ausencia, una cierta extrañeza de que las cosas no estuvieran en su lugar, una leve ansiedad. Pero como no parecía importante aún, no hice nada.
Nunca recuerdo lo que sueño, sólo se que tiene melodía. O al menos, cuando me despierto todos los días, lo hago con alguna melodía sonando en mi cabeza. Por eso cuando una mañana me desperté con una imagen congelada como un cuadro, me sentí desconcertado. La imagen no era inquietante, de hecho la había visto en la vigilia un sin número de veces, aunque por lo atípico de la situación, me despertaba cierto recelo: una noche oscura sin estrellas ni nubes, con una luna llena algo anaranjada, como eclipsada, que iluminaba sin mucho éxito un árbol de ramas fuertes sin hojas. Como la imagen persistía a pesar de ya estar completamente despierto y con los ojos abiertos, pude atender a los detalles. El árbol parecía estar en una meseta al borde de un despeñadero. Algunas de sus raíces atravesaban la tierra y se asomaban al precipicio, el cual se veía tan yermo como el resto del paisaje.
El resto del día sólo pensé en esa imagen. La invasión había comenzado.

domingo, junio 19, 2005

Tarde en un cuarto

El aroma de los leños encendidos invade el cuarto en penumbras, en el que sólo se oye el paso del humo por el tiraje. La ventana es gigante y está velada por un cortinado tramado que juega un juego de luces y sombras con las plantas del exterior. La reja observa solemne y severa sin saber que también es parte del juego. De cuando en cuando chisporrotea alguna brasa que hiere el ambiente con su tenue resplandor. Ahora hay una leve brisa que anima la partida mezclando la disposición particular de algunas cosas. Sueño dentro de un sueño, otros aromas y brisas se proyectan. Aromos fragantes, en flor, dorados, y ese airecillo frío entre los pinos del bosque susurrando el sonido del mar que está muy cerca... Gorgotearon mis tripas rompiendo el artificio como por efecto del encantamiento de algún espíritu, genio o demonio, apresurado por cerrar la puerta que evidentemente se estaba abriendo.

sábado, junio 18, 2005

Arbitrariedades

Después de la tormenta

Buenos Aires en otoño, la pintura de Turner, la serie The Russian Way de Pentti Sammallahti, Viernes 3 A.M., los ojos de color verde, los cielos cargados de nubes, las tormentas eléctricas sobre el mar, la luz joven que se filtra entre los árboles después de la lluvia, tu sonrisa...

viernes, junio 17, 2005

S.L., 6:00 AM

Continúa esta llovizna que parece que nunca terminará de caer. Serviría de escenario para una novela cyberpunk; hasta estamos viviendo una post-catástrofe devastadora como habitualmente exige el guión. La neblina, de un perfecto gris, añade el adecuado marco de misterio, atenuando las formas al punto que lo lejano se convierte en irreal, una irrealidad teñida de rojo por las luces sucias de la vieja estación. Aquí, el tilo exhibe agotado dos o tres hojas que no se terminan de rendir a este Otoño. Las ramas desnudas brillan con las minúsculas gotas que estallan en miles de reflejos, creando una telaraña que inútilmente trata de atrapar la brisa fría del amanecer.

Hoy la calle no es tan anónima; cada detalle parece revelarse sólo para confirmarlo. Cuesta mucho dejar este instante tan solo.

jueves, junio 16, 2005

Pedacitos del rompecabezas

Collage
Los rompecabezas en general nunca llamaron mi atención. Piezas más piezas menos la dinámica es la misma: fragmentar una imagen en partes más pequeñas que luego deben volver a juntarse para formar el todo que eran al comienzo. Si bien puede haber alguna incertidumbre debida a la pérdida de una ficha o a períodos de escasez de lucidez visual o incluso mental, o tal vez a excesos de ansiedad provocados por la tarea inconclusa, siempre se conoce la meta, y generalmente se llega a alcanzarla.

Pero hay uno en particular que podría escapar a toda lógica. Parte de fragmentos mas no todos son necesariamente fichas del mismo; algunas piezas las elegimos concienzudamente mientras que el azar acomoda otras; los bordes pueden no coincidir pero eso no impide que estén bien ubicadas. Con el tiempo las fichas pueden ser más o menos y aparecer o desaparecer sin previo aviso, al punto que podríamos haber terminado y no saberlo.

Voy a acomodar algunos fragmentos que andan por ahí esparcidos para tratar de hacerme una idea de la imagen.

miércoles, junio 15, 2005

Caminar bajo la lluvia nutre el espíritu

Reflexus
Llueve otra vez y cierta melancolía se filtra desde dentro.

El gris del cielo lejos de teñirlo todo, hace que los colores sean más ricos; las cosas parecen brillar...


¿Y si lloviera dentro?

martes, junio 14, 2005

Pléyades II

Many a night from yonder ivied casement,
ere I went to rest,
Did I look on great Orion sloping slowly
to the West.

Many a night I saw the Pleiads,
rising thro' the mellow shade,
Glitter like a swarm of fireflies
tangled in a silver braid.

Lord Alfred Tennyson,fragmento de "Locksley Hall"

lunes, junio 13, 2005

Pléyades

Pléyades
Uno de los objetos más hermosos que se pueden contemplar en del firmamento son las Pléyedes. Es un grupo de estrellas que no llegó a convertirse en una constelación, pero cuya forma es perfectamente reconocida y admirada desde la antigüedad. En varios escritos griegos y romanos se las nombra como "Las siete hermanas", "La red de estrellas", "Las siete hermanas del Atlántico", "Las hijas de Pleione". Particularmente prefiero la versión de los nativos de Tonga y las Islas de la Sociedad. Las llaman Matarii, "Pequeños ojos".

Son visibles a simple vista, en la constelación de Tauro, donde se pueden contar seis o siete estrellas. Sin embargo para revelar toda su belleza se requiere de la ayuda de algún telescopio o binocular, teniendo la precaución de utilizar un ocular de baja potencia.

Conozco otras Pléyades que también son siete. Tienen un don especial para brindar afecto y hacerte sentir que sos necesario. Brillan con un tono azul muy intenso, aunque se las necesita ver con la luz adecuada; cuando uno se siente como el más negro de los cielos, resplandecen como diamantes de hielo azul sobre un terciopelo negro...

Las míticas Pléyades se llamaban Celaeno, Electra, Taygeta, Maia, Asterope, Alcyope y Merope. Éstas... sólo ellas lo saben.

Este primer post es para ellas, a las que les agradezco sinceramente su afecto.



PD: sólo espero no convertirme en Orión.