viernes, junio 24, 2005

Versipellis

Algunas veces tras una aparente tranquilidad se esconde una turbulencia que bajo constante presión se transforma en violencia. Ciega violencia que comienza como una inquietud, como una perturbación que se abre paso a través de los poros, como un fastidio que va mudando las formas hasta que los rasgos son indistinguibles de los de la fiera, hasta que se es parte de la naturaleza misma de la fiera.

Y se aporrea en la jaula.

Y se escapa.

Y es un fugitivo, un desposeído, un desarraigado.

Mas no está vencido.