Camminus
Supongamos por un momento que no todos los caminos nos llevan a Roma. Supongamos que ya hemos recorrido parte de una vía que no sabemos si exactamente nos lleva a allí. Tampoco sabemos si hemos recorrido, digamos la mitad, un tercio o sólo la décima parte de ese camino que, de alguna manera, ya nos es familiar. Aún sin saber cuánto es lo ya transitado, si tuviéramos la impresión de que es el camino equivocado ¿lo cambiaríamos? ¿Lo haríamos ahora, que tenemos la sospecha o andaríamos un poco más buscando una bifurcación señalizada? ¿Y si no hay más señales que el propio parecer?
También podríamos llegar a un punto en el cual se nos presentan varias sendas posibles, incluso bien marcadas y hasta con todas las indicaciones en perfecto estado; más aún, podrían decir claramente cuánto nos falta para llegar a Roma. Entonces inesperadamente preguntarnos ¿Roma? ¿Por qué a Roma?, dándonos cuenta de que todo este tiempo equivocamos el nombre de nuestro destino, llamando a una cosa por otra. ¿Desandar? ¿Seguir? ¿Tranzar un destino intermedio? ¿Procurarnos un mapa? ¿A qué precio?
¿Tendríamos el valor para hacerlo?
Un blog puede ser una manera de actuar sin actuar, una botella flotando en el ciberespacio.
1 Comments:
esto lo pienso y lo pienso y no me cierra....
"actuar sin actuar"....
No se, me llena de dudas
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