viernes, julio 29, 2005

Ser el arquero

Ser el arquero, el arco, la flecha y el blanco... Ser el arquero ya tiene sus complicaciones; de los múltiples yo que soy, uno siente, o cree sentir, el deseo de ser el arquero y el blanco. Los otros ¿también estarán de acuerdo? Esa posibilidad que tiene el humano de pensarse como muchos, incluso contrapuestos, que compiten por el dominio de ser; de pensarse más que de realizarse. De imaginar ser más que de proponerse realmente ser.

Ahora el yo arquero quiere prevalecer, se encierra en él y se piensa. Se piensa que se piensa, hasta que se pierde en su discurrir, y ya no puede pensar, ni sentir, ni existir. Ni ánimo ni energía, un cierto desprendimiento, un desapego a todo y a todos, cercanos y remotos. Desinterés y fastidio. ¿Reacción ante qué perdida? No logra prescindir de la conciencia, de la intensión; entonces ya no es arquero y se destruye sin saber realmente quién es.

Forma sin forma.
Conciencia mas sin ciencia.
Simultáneo.